Pulir el suelo de mármol, así como otras superficies fabricadas a base de este piedra, requiere un procedimiento algo particular debido a las características de su forma y composición, en concreto una, su alta porosidad. En este artículo te explicamos cómo hacerlo en cuatro sencillos pasos. 

Lo primero que hay que hacer para pulir el suelo de mármol es limpiarlo a fondo. Trata de quitar todas las manchas de suciedad y grasa, así como polvo o impurezas. Cuanto más limpio lo dejes, más lucirá el pulido.

Hay que utilizar siempre un paño suave y limpio o una herramienta que se asemeje, ya que el mármol se raya con facilidad. Puedes mezclar el paño con algún producto especializado o crear tu propia solución casera y natural mezclando 12 cucharadas de bicarbonato por cada litro de agua mineral. Mézclalo bien hasta que se  haya formado una pasta y después aplícala al paño. No te pases con el producto, basta con una capa fina. 

Una vez que lo hayas aplicado bien, toca esperar. Deja que la solución se vaya secando unas tres horas. Después da otra pasada para retirarla con agua tibia y otro paño suave y limpio. Por último, y para que el acabado sea casi profesional, usa un paño de microfibra y pásalo por la superficie haciendo movimientos circulares.

Si la superficie de tu suelo es demasiado grande es conveniente emplear una máquina pulidora. Esta máquina tiene un uso algo particular, por lo que una opción prudente para tener los suelos profesionales es, directamente, contratar los servicios de profesionales como Pulidos y Vitrificados Hermanos Pérez.